«Retrato» es un proyecto con pretensión terapéutica durante el período comprendido entre el diagnóstico de un cáncer a mi madre hasta fechas recientes, se han visto alteradas y oscurecidas mis relaciones familiares (yo como parte) y mi relación conmigo misma (yo como todo).
Tras el dictamen médico en julio del 2015 que nos arrojan por sorpresa; la angustia de ignorar que sería lo siguiente que ocurriría; el asomarse al abismo sin ningún asidero; me vi inmersa en un estado de ánimo en el que, por un lado, intentaba construir una fortaleza en la que resistir a la situación, pero, por otro, la construcción se desplomaba de continuo. No sólo tenía que apoyar en todo lo posible en la lucha contra la enfermedad ajena, sino también luchar contra las esporas de una depresión que a lo largo de los meses fueron germinando y creciendo. Un periodo donde me he encontrado especialmente perdida, sola y triste; en el que los días se sucedían de forma atormentada y desesperanzada, pero, sin embargo, en calma. Como si se tratara de un campo de batalla en el que todo sucediera de manera oscura, oculta y en completo silencio. Como una travesía que se antoja interminable por un territorio inhóspito y un tiempo desabrido.
Estas fotografías intentan representar esas luchas y esa contradicción: un estado de alerta, incertidumbre, contención y depresión emocional. Ante el temor de lo inevitable, he vislumbrado la posibilidad de una muerte real a través de metáforas, de símbolos. Abandonada al dolor, conversaba con el silencio a medida que el miedo se iba apoderando de cada uno de mis estados de ánimo, tan contradictorios, tan opuestos. Cada fotografía quiere ser un reflejo de esos estados con una intención catártica, en la medida que suponen un ejercicio de introspección y observación -como tentativa de representar lo indescriptible- para llegar a una cierta aceptación y liberación. Por esta razón, este autorretrato condensa, a la vez, un llanto de rabia y desconsuelo, un grito de socorro y un intento de superación personal.
