Sobre Armandas Stoke

Išvietė s aura

Hace tan solo cien años atrás, el gobierno lituano intentaba implantar los inodoros de madera en el exterior de las casas, había que dejar de hacer las necesidades en los arbustos o en las esquinas de los edificios. Sin embargo, no era fácil de convencer al pueblo, que estaba acostumbrado a lugares naturales, llenos de árboles o en mejor de los casos, simples agujeros cavados en la tierra. La innovación fue considerada cosa de la aristocracia, de los que viven en las ciudades o una invención de los judíos, que una simple persona de pueblo no lo necesitaba. Para algunos era un pecado utilizarlo. Hay que destacar, que la manera de descargar ya no lo necesario de los lituanos habría cambiado poco desde el siglo XIII hasta principios del XX. Los primeros inodoros de madera al exterior empezaron a aparecer en 1890-1900. La adaptación fue lenta, porque la mayoría de la gente vivía en el pueblo y la novedad la consideraban foránea. Ellos no tenían ningún problema dar cinco o diez metros hasta algún matorral o a las entradas de los bosques, ya que habían muchos y estaban presentes en cualquier lugar. Se pensaba que el lituano era una persona que se sentía conectada con la naturaleza y que no haría ningún problema de colaboración entre ambas. Algunos hasta pensaban que en caso de construir uno más cerca de su casa el vecino le tiraría piedras y lo maldijera, que se riera de él.

En el trabajo quise mostrar con toda la dignidad y sin ninguna vergüenza a los propietarios que aún siguen utilizando los aseos de madera. En los pueblos se han construido los alcantarillados en las principales calles, otras ramificaciones se han dejado pasar y tendrás que apañarse ellos solos. Aunque las nuevas generaciones se instalan sus propios alcantarillados, que consiste en poner un cubo bajo tierra que luego viene un tractor y saca toda defecación para luego llevarla a saber donde. La situación en el pueblo va mejorando, pero a.n queda deberes por hacer.