La ruina es el espacio de la devastación, pero también el del renacimiento, la base sobre la que iniciar algo nuevo que tendrá en lo previo, en lo anterior, el modelo a seguir o, por el contrario, algo que rechazar frontalmente.
Los lugares abandonados a su suerte son la base de análisis de la serie Entre escombros, de Jaime Belda. En ellos, el tiempo se hace presente y en ciertos casos, como indicara Marc Augé en El tiempo en ruinas, la naturaleza recupera su espacio, apropiándose de elementos arquitectónicos para atraerlas a su dominio natural y convertirlas en algo híbrido entre naturaleza y cultura. Las imágenes que se integran dentro de la serie son una síntesis entre el tiempo presente de la toma fotográfica y el pasado que representan las escenas. Ese presente se ha esfumado para siempre, y ahora, el nuestro de contemplación, genera una capa más dentro de esta sucesión de etapas temporales. La fotografía efectúa con sumo rigor y enorme facilidad una de las mayores complejidades posibles: convertir algún suceso o lugar inhóspito, cualquier gesto o movimiento, en caso de estudio y motivo de análisis. Ningún lugar o suceso, ningún movimiento o gesto volverán ya a representar lo mismo. La fijación para siempre deviene un ejercicio de interpretación ad infinitum.
Álvaro de los Ángeles